Celaya, Gto a viernes 01 de noviembre del 2024. (Alan Ordaz).- El presidente municipal de Celaya, Juan Miguel Ramírez Sánchez, expresó sus sentimientos y reflexiones al visitar el altar dedicado a la memoria de Gisela Gaytán, excandidata a la presidencia municipal por Morena, asesinada el primer día de su campaña.

El altar, colocado por regidores morenistas, simboliza el legado y valentía de Gaytán, quien “hubiera hecho un buen papel también como presidente”, según afirmó Ramírez.

Ramírez reconoció el impacto que tuvo en su vida y carrera política el trágico asesinato de Gaytán.

“Fue una forma de llegar muy sangrienta, dolorosa”, dijo, admitiendo que la tragedia lo colocó en la presidencia municipal.

Este recordatorio constante de su llegada al cargo le ha impulsado a honrar su memoria:

“Voy a honrar siendo muy buen presidente municipal”, comprometido a actuar con transparencia y dedicación.

Además, Ramírez compartió el peso emocional que lleva al recordar el hecho y cómo le motiva a ser digno del legado de Gisela:

“Estoy aquí por ella”, aseguró.

Aunque difícil, tomó la decisión de continuar la campaña tras su muerte, enfrentando el riesgo que esto implicaba.

“Me puede pasar a mí lo mismo”, expresó, subrayando el temor constante que ha sentido desde entonces.

Por su parte, el regidor Adrián Guerrero explicó el significado del altar y los elementos que lo conforman.

Desde “la Caterina que está ahí es muy parecida a ella” hasta el “chaleco que ella utilizaba”, cada detalle fue cuidadosamente seleccionado para reflejar los gustos y el carácter de Gaytán, con un enfoque especial en los elementos personales aportados por su hermana.

El regidor mencionó que la idea del altar surgió como un acto de amor y respeto hacia Gaytán, “un camino para que ella esté el día de mañana visitando este lugar”.

Para quienes la acompañaron en su lucha, este homenaje busca mantener su presencia viva, honrando su deseo de transformar Celaya y su compromiso con sus ideales.

Guerrero enfatizó que la pérdida de Gaytán ha dejado un vacío profundo, no solo en quienes la conocían personalmente, sino también en la comunidad y en la política local.

“Fue un crimen que sacudió a la política y por supuesto también a la nación”, declaró, recordando el impacto social y de género que su muerte representa.

En conjunto, ambos funcionarios reflejaron el compromiso de mantener viva la memoria de Gaytán a través de acciones en el municipio.

Para Ramírez, su mandato se convierte en una promesa de honrar su legado